Escoger el colegio de nuestros niños es una
tarea muy importante, éste participará activamente en su formación y será el
lugar que les proveerá de muchas de sus primeras experiencias. Será el primer
lugar de socialización fuera de casa, ahí crearán vínculos con personas fuera
del círculo familiar, tendrán sus primeras experiencias educativas y, en
algunos casos, será el primer lugar donde enfrentará peleas con otros niños. Así,
la forma que el colegio tenga para contener y afrontar todas las
experiencias que provee será fundamental.
Cada papá/mamá tendrá diferentes prioridades y
expectativas sobre lo que un centro educativo debe brindar, pero lo que no debe
faltar es hacer explícitas dichas prioridades para que en función a ellas se
pueda buscar el colegio que mejor calce con éstas y, por lo tanto, sea el mejor
aliado para la formación de los pequeños del hogar. A continuación, algunos
elementos a tomar en cuenta en esta importante búsqueda.
Una variante fundamental en cada colegio es
su metodología para la enseñanza. Alrededor de ésta se construye el contenido
de cada clase, por lo que será de suma importancia que los padres puedan
conocerla y entenderla. Aquí, tan importante como la confianza que los padres tengan
en ésta, será cuánto el niño en cuestión podrá aprovecharla. Nadie mejor que
los padres para saber si su niño necesita participar activamente en cada tarea
para consolidar un aprendizaje o si la observación le basta para disfrutar y
aprender, por ejemplo.
En relación a la metodología se construye también la
currícula, qué cursos se incluyen y cuántas horas se le dedican a éstos. La
inclusión de cursos como arte, música, danza y deporte es totalmente necesaria
porque éstos favorecen habilidades tan importantes para el desarrollo del niño
como los cursos de letras y ciencias. Adicionalmente, los cursos mencionados pueden
hacerse más necesarios para algunos niños, pues es imperativo que todo niño
tenga espacios de disfrute y donde pueda sentir que tiene un buen desempeño y
esto no ocurre siempre con los cursos tradicionales. En este punto se hace
vital conocer si el centro educativo incluye estos cursos, cuánto tiempo le
dedican y cuánta importancia se le da. Igualmente, es necesario conocer las
fortalezas y debilidades del niño en cuestión, así como las actividades qué
disfruta para entender si necesitará más espacios de éste tipo.
Por otro lado, existen otras cuestiones muy
relacionadas al aprendizaje, pero al formativo e integral del niño: los valores
que el centro educativo intenta inculcar. Aquí se hace fundamental que los
papás puedan conocerse y reconocer en su sistema familiar qué valores son los
que fomentan y cuáles quisieran que se fomente. Un desencuentro entre los valores
familiares y los valores que el centro educativo fomenta puede causar mucha
confusión a los niños, más aún cuando son pequeños. Y la dificultad se hace
mayor cuando alguno de los dos espacios desvaloriza lo priorizado en el otro.
Igualmente ocurre con la educación religiosa, ésta debe estar en concordancia
con las creencias y prácticas de la familia. Es muy importante que los padres
incluyan este elemento en la elección del centro educativo.
En esta misma línea, existen otras cuestiones importantes
como las normas y disciplina. Si los valores del hogar y del centro educativo
están en concordancia, no tendría que haber ninguna dificultad, porque tanto en
las normas como en las medidas disciplinarias se deberían plasmar los valores
antes mencionados. Sin embargo, es importante que los padres lo verifiquen
conociendo las normas básicas de convivencia y las consecuencias o castigos que
se aplican por seguirlas o no.
Por último, el personal docente es de suma importancia, son
ellos quienes hacen concreto todos los planes y deseos del colegio como
institución. En la relación alumno-profesor debe plasmarse todo lo antes
mencionado. Por ello, es vital conocer la formación del personal docente, el
proceso de selección que atraviesa antes de ingresar a trabajar y las
capacitaciones que recibe en el colegio.
Finalmente, es muy importante que los padres recuerden
que son ellos los que deben, en primer lugar, aceptar a un centro educativo
como apto para colaborar con la formación de sus niños. Son ellos los que deben
hacer las preguntas al acercarse a uno y los que deben estar más satisfechos
con la elección.